El sorpresivo fallecimiento de Gene Hackman, su esposa Betsy Arakawa y su mascota ha despertado una ola de preguntas y especulaciones. Aunque la policía de Santa Fe aclaró que, por el momento, no hay indicios de un crimen, la investigación sigue abierta para entender qué ocurrió en el hogar del legendario actor.
Uno de los puntos que más ha llamado la atención es que Hackman, su esposa y su perro murieron al mismo tiempo, un detalle que multiplica el misterio en torno al caso. Las autoridades realizarán una inspección exhaustiva de la vivienda, en busca de pistas que permitan determinar si algún factor ambiental o externo pudo haber provocado el trágico desenlace.

Gene Hackman y Betsy Arakawa compartieron más de tres décadas juntos. Betsy, pianista concertista, fue su compañera desde 1991, y juntos eligieron una vida tranquila en Nuevo México, lejos de los reflectores y el bullicio de Hollywood. Su vínculo fue discreto, pero sólido, y se convirtieron en una de esas parejas longevas y reservadas de la industria.
En lo personal, Hackman era un amante declarado de los animales, en especial de los perros. En 1999, durante el rodaje de The Replacements, adoptó a dos pastores alemanes que deambulaban sin rumbo por un estadio en Baltimore. Uno de ellos terminó siendo su fiel compañero, al que también llamó Gene. Su dedicación al bienestar de sus mascotas era conocida por amigos y veterinarios que lo atendieron a lo largo de los años.
Hackman se retiró oficialmente de la actuación en 2004, tras protagonizar Bienvenido a Mooseport. Lejos de los flashes, prefirió disfrutar de una vida serena, centrada en su familia, la música de Betsy y sus perros.
Hoy, el fallecimiento de Gene Hackman, Betsy Arakawa y su mascota deja un profundo vacío, no solo en el mundo del cine, sino entre quienes conocían la faceta más íntima del actor: la de un hombre sencillo, enamorado de su esposa y amante de los animales, que eligió alejarse del ruido para vivir a su propio ritmo.